Guía sobre los ponis

Los ponis o póney (como también se les conoce) no son más que caballos de pequeña estatura, cuya altura máxima oscila alrededor de los 150 cm y el peso promedio sobre los 100kg. En comparación con los caballos de mayor alzada, los ponis poseen unas patas proporcionalmente más cortas, un cuerpo más alargado, un cuello grueso y más corto, y un pelaje más poblado.

A pesar de estas características distintivas, La Federación Ecuestre Internacional (FEI) solo tiene en cuenta el tamaño como criterio para clasificar a un caballo como poni. Según sus normas cualquier caballo con una altura menor a los 1.47 cm, (1.48 si se considera la herradura) se corresponde con esta clasificación. Este es un parámetro que además se tiene en cuenta en las competiciones oficiales.

Origen de los ponis

El estudio de los orígenes de los caballos actuales, demuestra que sus antepasados poseían una talla similar a la de los ponis. La domesticación y selección humana propició que fuera mejorando la especie y alcanzaran una mayor altura, hasta llegar a las dimensiones que hoy ostentan.

Los ponis están catalogados dentro de los cuatro tipos principales de caballos primitivos de Eurasia. Actualmente existen al menos 55 razas conocidas de este tipo de caballos. Muchas de las razas son originarias de Europa Occidental, la más diminuta es el Shetland, con tamaños que van desde los 70 cm hasta los 106 cm. Entre otras de las razas de esta región se encuentran los Asturcones, los Monchinos, los Ponis Gallegos, o los Forest.

La raza más antigua conocida es la Exmoor, utilizada por los antiguos pobladores de la Gran Bretaña antes de la ocupación romana. Luego estos animales fueron domesticados y utilizados en diferentes faenas a lo largo de todo el Hemisferio Norte, fundamentalmente en la conducción y el transporte de mercancías. En épocas más recientes los ponis han ganado protagonismo en usos con fines recreativos, como paseos infantiles, espectáculos y concursos de monta. (Fuente)

Características de los ponis

Los ponis se agrupan teniendo en cuenta su altura hasta la cruz, en ponis pequeños (menores de 1,27 m), ponis medianos (entre 1,27 y 1,40 m) y ponis grandes (más de 1,40 m, pero inferiores a 1,48 m). Dentro de las razas que son consideradas como caballos pueden nacer especímenes con tamaños dentro de estos parámetros y aun así no ser considerados como ponis, sino como caballos, con derecho a participar en las competiciones de esta categoría.

Las razas más puras y primitivas de los ponis a menudo conservan algunos caracteres de los equinos primitivos de los que descienden, como rayas a lo largo del lomo o en las patas, un hocico harinoso, crines tupidas y semienhiestas, etc.

Los ponis más pequeños como el Shetland, exhiben características propias al enanismo. Unido a la talla pequeña, es común distinguir una cabeza de gran tamaño, una espalda y cintura largas, y las piernas cortas. Sin embargo otras especies de ponis poseen rasgos que los hacen parecerse más a caballos en miniatura, lo que a menudo causa confusión entre un poni adulto y un potro de caballo joven.

Entrenamiento de los ponis

Los ponis son conocidos por ser animales de extrema terquedad y mucho carácter, aunque también pueden ser inteligentes y amables cuando se les doma de manera adecuada. Generalmente este comportamiento rebelde es característico de un entrenamiento realizado por una persona con poca experiencia, sin los recursos necesarios para corregir estos malos hábitos.

Cuando los ponis han sido debidamente entrenados, son muy útiles en las prácticas de los niños que están aprendiendo equitación. Además, aunque su tamaño nos indique lo contrario, los ponis son animales muy fuertes por lo que también pueden ser montados por adultos.

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